Si algo hay que reconocer a este gobierno es el haber logrado crear la ilusión de que “ahora estamos mejor que antes” y de que “las cosas están cambiando”. Y esto lo ha hecho a punta de publicidad, no por nada se presume que ha gastado más de 50 millones de dólares por este concepto, siendo sobre todo los momentos de la campaña electoral donde más dinero se gastó.
Así ha creado la ilusión mediática de que “hemos mejorado”, por ejemplo en cuanto a la salud y educación. Pero es importante comenzar a quitarse esas telarañas de los ojos y oídos, y reflexionar más allá de las bien estudiadas cuñas publicitarias que están costando un dineral, para convencernos a fuerza de repetición de que la “revolución ciudadana” está beneficiando a los pobres del país.
En este primer artículo haremos un análisis del destino que han tenido los fondos públicos, para ver si realmente se está dando el tan cacareado “cambio”.
El gobierno de Rafael Correa ha tenido los ingresos petroleros más altos de la historia. Desde que llegó al poder en enero del 2007, con un precio de entre los $ 53 el barril, los precios estuvieron en permanente alza, registrándose un promedio para ese año de $ 70 por barril. Para octubre de 2007, el barril de petróleo llegó a los $ 90, y sobrepasó los 100 en los primeros meses del 2008, para alcanzar en junio la cifra record de los $ 120 por barril de crudo ecuatoriano. Luego los precios internacionales llegaron a su tope en julio rozando los $ 150, y cayeron, volviendo a recuperarse paulatinamente desde el 2009, que inició con un precio por debajo de los $ 40, para posteriormente duplicarse alrededor de los $ 80. Se estima que para este año 2010, el precio del barril de petróleo se mantendrá entre los $ 70 y 80 el barril. A ello habría que sumar el cobro del 70% a las petroleras privadas por el excedente en los precios de venta del crudo.
Entonces este gobierno como nunca antes ha tenido enormes ingresos petroleros, y sin embargo en enero de 2009 anunciaba medidas para contrarrestar el “déficit fiscal” (faltante para cubrir los gatos), y financiar el Presupuesto Nacional, es decir, luego de 2 años de elevados precios del petróleo, no tenía dinero, y ya había echado mano incluso de la Reserva Monetaria (fondo del país para las transacciones internacionales). Y el presente año la misma historia, aún es incierto si se logrará cubrir el Presupuesto aprobado para el 2010, y van a echar mano de los fondos de los afiliados al Seguro Social para una operación de venta de bonos del Estado al IESS, y continúan endeudándose con las instituciones financieras internacionales como la Corporación Andina de Fomento (CAF), y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Cómo estará de complicada la situación que incluso la Ministra de Finanzas, María Elsa Viteri, en declaraciones publicadas por la prensa el 19 de abril ha dicho: “ojalá y Dios quiera que no se caigan los precios del petróleo, porque ahí sí tendremos que ver otras estrategias”. Pero, ¿a dónde se está yendo la plata?...
El gobierno quiere justificar el gasto de estos ingresos sin precedentes en la tan publicitada “inversión social”, sobre todo en salud y educación. Pero ¿qué hay en realidad más allá de las miles de cuñas publicitarias de los Ministerios y la Presidencia de la República?
Aumento de la burocracia y de los sueldos en el sector público. Se han creado en este gobierno 6 nuevos Ministerios llamados de Coordinación (los superministerios), y también varios Ministerios ejecutores, algunos que son desconocidos aún para la gran mayoría de ecuatorianos; estos son los típicos elefantes blancos que no sirven más que para justificar el gasto en sueldos y salarios, que para este año se ha presupuestado en nada más y nada menos que $ 5.837 millones (CINCO MIL OCHOCIENTOS TREINTA Y SIETE MILLONES DE DÓLARES), y esto es sólo sueldos y salarios, fuera de viajes, viáticos, uniformes, y demás. Para tener la dimensión de lo enorme que es esta cantidad, baste decir que la Reserva Monetaria que actualmente tiene el país no llega ni a los 4 mil millones de dólares.
A más de los superministerios, contamos actualmente con 27 ministerios ejecutores y 9 secretarías. Se dice que en este gobierno se han creado alrededor de 150 mil puestos públicos. Solo la SEMPLADES tiene 7 subsecretarias regionales. Y claro, esto representa dinero, o es que estos funcionarios estarán trabajando “por amor a la revolución ciudadana” (¿?)…
A la creación de más burocracia se añade las continuas alzas de sueldos, en especial a militares y policías, representando para el 2010 cerca de $ 2 mil millones, es decir, el 32% de lo que se va a gastar en sueldos y salarios para el sector público. Otro tanto se lo tragarán los burócratas de la administración para los que se destina el 28% del señalado rubro.
Y ¿cuánto se ha designado para salud y educación, de lo que tanto se jacta el gobierno? Apenas 570 millones, cuando los gastos estimados para la Presidencia de la República y sus dependencias es de 586 millones, es decir, que para el año 2010, el aumento en gastos para educación y salud ha sido de 9,3% y 27,7%, respectivamente, mientras que el aumento en gastos de la Presidencia es de 260%. Y sabe usted ¿a qué se destinará una buena parte de estos gastos? Pues lógicamente a la publicidad, para mantener las campañas mediáticas con las que se sostiene la ilusión de este “buen gobierno”, y que lo ha llevado a ocupar el primer lugar entre los 15 mayores anunciantes, más que las transnacionales PORTA Y MOVI.
Y es que los gastos en publicidad han sido increíbles. Sólo en el 2009, hasta septiembre, se presume que se gastaron $11 386 870 (ONCE MILLONES TRECIENTOS OCHENTA Y SEIS MIL OCHOCIENTOS SETENTA DOLARES). Sabe usted ¿cuál es el presupuesto para todo el año de la Junta Parroquial de su localidad? Averígüelo y verá que no hay punto de comparación con el gasto realizado en publicidad para mantener la imagen del gobierno.
El minúsculo aumento en el sector de la salud y la educación, del que tanta propaganda se hace, sirve únicamente para esconder el destino final que está teniendo la tajada más grande. Existen informaciones que señalan que en enero, solo el Palacio de Carondelet gastó la nada despreciables cantidad de $ 549 mil 712 dólares, lo que significaría un gasto para este año de más de $ 6 millones de dólares, para cubrir el sueldo de los 549 empleados de los 55 departamentos de la Presidencia de la República, entre los que figuran los más allegados colaboradores de Correa, como Fernando Alvarado de la Secretario de Comunicación (el que nos martiriza con las escalofriantes y chispeantes “cadenas nacionales”, parte del arsenal publicitario de este prestidigitador, perdón, quisimos decir comunicador), que tiene un “pequeño sueldito” de apenas $ 4.830 al mes, igual que su hermano Vinicio Alvarado de la Secretaría de la Administración Pública, y Alexis Mera de la Secretaría Jurídica.*
Así con este enorme parásito devorando el presupuesto del Estado, más lo que hay que pagar por concepto de la Deuda Externa, que será motivo de otro análisis, es lógico que el gobierno esté desesperado con encontrar de dónde seguir sacando dinero para amamantar a toda esta burocracia. Y se les hace agua la boca pensando en las regalías que les podrían dejar las empresas mineras, y otra vez, utilizando la magia de la publicidad endulzan los oídos de los ingenuos con que ese dinero será para “salud, educación, para las escuelas, los hospitales, las carreteras, bla, bla, bla” (y ahora que se mencionamos carreteras, inevitablemente se viene a la mente Fabricio Correa, este es otro punto para un futuro artículo).
Entonces, el gobierno nos hace el juego de “¿dónde está la bolita?”, y hace ilusiones de que el dinero del fisco ahora sí está yendo a beneficio de los pobres del país, por ejemplo, con el “piadoso” bono de desarrollo humano, que apenas llega a un poco más de 688 millones para este año, cuando los gastos Presidencia de la República y sus dependencias están estimados en 586 millones. Con esos juegos de manos nos tienen encantados cuando en realidad hace rato que ellos tienen la bolita bien metida en sus bolsillos.
En este sentido el gobierno de Rafael Correa no es más que uno de los tantos que han llegado para clavar el diente, y que no le interesa cómo, pero quiere sacar el mejor provecho mientras dure la ilusión de que “las cosas están cambiando”. No es un gobierno que va a servir a las clases populares, sino que va a servirse de ellas. Lamentablemente esta será la eterna historia mientras sigamos creyendo en los politiqueros ilusionistas y no veamos que un verdadero cambio solo lo pueden hacer las clases populares por sí mismas. Solamente entonces la salud, la educación, el bienestar, las necesidades e intereses de las grandes mayorías, serán la prioridad.
*Datos obtenidos de distintas fuentes de la prensa y el Internet.